miércoles, 22 de julio de 2009

Qué más puedo pedir hoy...

Nunca pensé que en pocos días tendría tantos recuerdos impensados. Primero fue la planta de naranja lima de Maru, que me permitió volver a sentir el olor de esa fruta particular, que pocas veces se puede encontrar en Mendoza. Me devolvió el sabor y los recuerdos de dos años de infancia en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, donde nada era más placentero que cortar la fruta fresca del jardín y disfrutarla hasta el hartazgo.
La segunda sorpresa me atrapó desprevenida hoy por la mañana, cuando a las 8 abrí la ventana y vi todo cubierto de nieve. El manto blanco me hizo recuperar sensaciones escondidas. Me trajo la imagen de mis abuelos jugando conmigo. Me llevó a la foto en Puente del Inca con ponchos y gorros junto a mis primos, lanzándonos bolas gigantes. Mi hijo descubrió lo que él llama "el señor invierno". Qué más puedo pedir hoy. Nada.

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