jueves, 23 de junio de 2011

La escondida

Dónde podría haberse ocultado durante una noche tan fría. El departamento de su hermana podría haber sido perfecto. Estaba de viaje y sabía que nadie notaría la ausencia de la copia de llaves que guardaba su madre. Adriana no era capaz de encender un electrodoméstico que tuviera más de una luz indicadora, por lo tanto nunca hubiera tenido una computadora. Sí, el departamento de Adriana era el lugar perfecto para que la mente infantil y el cuerpo adulto de Morena se escondieran.

Ni un sólo mensaje. Ni una sola ironía. Ni un indicio de abulia cibernética. Ni una señal para sus amigos. Menos para sus seguidores. Quizás se escabulló entre las sábanas y se cubrió tanto, harta ya de teclear, que nadie pudo notarla en su propia habitación. Porque no estaba en la sala de ensayos. Ni en el bar. Ni el local de comida chatarra.

Nadie la vio durante esa noche tan fría. ¿Dónde podría haberse ocultado? Detrás de un seudónimo.