
En verdad, la mayoría de las mamás debemos haber pensado en ello. Entonces, cuando llegué a casa y me reencontré con la montaña de masa con la que habíamos estado jugando con mi hijo sobre la mesa, tomé conciencia de que no me había sumado a la pregunta de qué puedo hacer con mi hijo ahora. Más bien había actuado. Ni siquiera me había propuesto buscar un consejo. Simplemente fuimos a la acción.
Y si bien algunas cosas no resultan, otras han sido maravillosas. Con los juguetes desparramados por toda la casa, la ropa por tender y los platos por lavar, el niño me perseguía con un "mami quieres jugar conmigo". En lugar de decir que no, como tantas veces en las que estoy ocupada, se me ocurrió un mejor plan. Jugar a la misión especial.
Seguramente podrían tildarme de aprovechadora, pero que bien que me vino. Entonces el agente especial hijo y la agente especial mamá y la agente especial mascota tendrían misiones que cumplir. No es muy difícil de adivinar cuáles serían éstas.
Entonces hablando como dobles de televisión en menos de media hora todo estaba organizado y listo. Mujeres, es increíble. Casa ordenada. Niño limpio y alimentado. Mascota cansada. Misión cumplida. Inténtenlo. Si se animan y sale bien es un juego maravilloso (aunque engañoso obviamente) digno de repetir. Un camino hacia la infancia y la tranquilidad.
3 comentarios:
La verdad es que admiro a las madres que tienen imaginación. a mi no se me ocurren esas cosas. Y la verdad parecen divertidas, pero es como que no me nace hacerlas.
ja,ja,ja, que tranposa, pero está buena la idea
Me encantó! Mis futuros hijos van a jugr a lo mismo. Espero acordarmela estrategia.
Un beso!
Publicar un comentario