
Transformada en una fanática de las delicias culinarias y aprovechando que el control remoto del televisor estaba en mis manos y no en las de mi hijo buscando Discovery Kids, me di un panzada de programas gourmet.
Harta de recetas con ingredientes demasiado refinados, puse a Maru Botana. Y vaya si me divertí. Mientras preparaba unas rabas decía, con su incomparable estilo desenfadado, "a las 11 de la mañana ya estoy agotada. Tuve que bañar a los nenes. La más chiquita quiso ir más tarde a la escuela. Volví a buscarla. Cuando la dejé se descompuso y la tuve que llevar de vuelta a casa, más un montón de problemas en el medio. Todos problemas. Y decidí llamar a mi marido, que como siempre está en el campo y adivinen qué pasó, no me atendió y después me mandó un mensaje de texto enojado ¡Qué pasa! Y bueno, yo sola. Soy sola. No soy Maru Botana, soy Maru "Sola".
Increíblemente lo escrachó ante miles de televidentes. Se dio el gusto. Nos hizo cómplices y partícipes de una revancha salada.
1 comentario:
que genia, te digo que yo me sentí identificada al cuadrado, ja,ja,ja
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