viernes, 26 de junio de 2009

La desconfiada

Así como los hombres tienen códigos entre ellos, nosotras también. Por eso, a veces, no pongo nombres o utilizo los de pila o simplemente ficticios. Esta es la historia de dos amigas que viajaron a Brasil. Una de ellas se entusiasmó comprando remeras. El vendedor hablaba muy bien el español, como la mayoría de los que trabajan en zona turística. Al cabo de media hora, ya se habían contado parte de un gran número de historias que decidieron continuar conociendo más tarde. La otra disconforme, se incomodó más aún, cuando el joven insistió en reunirse a comer algo por la noche. Y más aún, cuando preguntó si podía llevar a un amigo.
Una tenía la seguridad de que se trataba de una buena persona, con la que sólo compartirían un momento agradable. La otra esperaba cualquier cosa. Una salió dispuesta a disfrutar la velada. La otra con la cara larga hasta el piso. Más todavía cuando vio que ambos esperaban en el lugar acordado.
Todo bien. Cena. Charla sobre libros, costumbres, lugares. Listo, cada uno pagaba lo suyo y a pensar en el día de playa. Pero no. Por la tarde, el saludo en la puerta de la tienda. Y un "porque no quedamos para hoy". Y así, charlas sobre letras, costumbres y paisajes.
Un día quisieron invitarlas a conocer otro lugar. Un teatro. El Cristo. Aquí y allá. Una hacía amigos. La otra desconfiaba. Hasta que las invitaron a compartir una reunión con amigos en su casa. Eran sus primeras vacaciones juntas y no iban a pelearse. Y, hasta ese momento, la intuición de una de ellas primaba sobre la de la otra. Desconfiadas ambas, fueron. Cenaron. Conocieron amistades de los nuevos amigos. Vieron fotos. Escucharon anécdotas. Hasta que llegó el momento de la verdad.
En tono jocoso anunciaron:
-Tenemos que decirles algo.
-Qué
-Estamos enamorados
-Uy... nosotras...
-Ustedes también...
-No, a nosotras nos parecen buena gente pero...
-¡No, no esperen, estamos enamorados entre nosotros!
Ahí entendieron y tuvieron que explicar que ellas eran simplemente amigas.

1 comentario:

Carla dijo...

Me divierte tu blog.Me permite un respiero entre mucha mala onda.