domingo, 7 de junio de 2009

Juana la loca

Juana no está internada en un neuropsiquiátrico. Se sube a su auto todos los días para dejar a su hija en la escuela. Luego sigue rumbo al trabajo. Era linda. Muy linda. Hoy sólo quedan vestigios de su época de esplendor. Esa época en la que todos se derretían al verla.
Hoy le dicen la loca. Pasó los treinta hace tiempo. Se siente perseguida por todo. Si hablan de enfermedades cerca de ella, siente que se contagiará. Morirá. Se ahoga. Trata de respirar con tranquilidad antes de gritar o meter la mano en su cartera por otro tranquilizante. Trata de apretar sus puños antes de pensar que se le caerá otro cabello.
Admiraba a Juana. A veces, hasta la envidiaba. Era suelta. Atrevida. Jugada. Nada era imposible para ella. Una especie de mujer maravilla. Viajaba mucho. Hoy ya no piensa en eso. Supone será terrible. Tenía muchas amigas. Hoy, cuando les pregunto por ella, sólo me dicen que está loca.
Y vuelvo a pensar que la vida es una rueda que no para de girar. Hace un tiempo, yo era la loca para ella. Hoy no puedo dejar de pensar qué le pasó.

No hay comentarios: