viernes, 2 de octubre de 2009

La última cena

Su ex marido la había llamado varias veces por teléfono. No tuvo la suerte de encontrarla y ella pensó que era desafortunada por no haber estado para contestar. Juntó coraje y lo llamó. Finalmente escuchó lo que había estado esperando por mucho tiempo: “Me gustaría invitarte a cenar”.
Puso peros, excusas, giró entre uno y otro pensamiento, tratando de que él no se diera cuenta de lo desesperada que estaba por concretar el encuentro. Finalmente aceptó.
Llamó a su mejor amiga. Pidió consejos. Se sumergió en la bañera repleta de espuma. Recogió su cabello. Luego lo soltó. Dibujo con maquillaje su rostro como no lo había hecho en mucho tiempo.
Hurgó en su placard una y otra vez. Dudó. El vestido negro. La falda corta con camisa blanca. Un jean y una remera ajustada. Eligió algo elegante. Se montó en sus tacos agujas. Roció unas gotas de perfume sobre su cuello. Sonrió frente al espejo. Y salió en busca de un taxi. Su ansiedad no le permitiría manejar.
Revisó una y otra vez su cartera. Necesitaba estar segura de que todo lo que le haría falta para una noche anhelada estaba en su lugar.
Cuando llegó al restaurante, él la esperaba. Tranquilo. Ni un rastro de tensión en su rostro. Ella sintió que sería la noche perfecta.
La recibió cortésmente. Le ofreció una copa. No esperó a pedir la cena para hablar. “Mirá quise que nos juntáramos para charlar algunas cosas y resolver otras”. La ilusión la inundaba. Empezaba a sentir que él había recapacitado.
Sorbió de la copa de vino con una mezcla de excitación y nerviosismo. Respiró profundo. Lo miró con impaciencia y esperó las próximas palabras. El sin pausa las lanzó. “Necesito que hablemos con los niños. He decidido casarme con Paula y creo que es conveniente que quedemos de acuerdo en cómo explicárselos”.
Con la última palabra, todo había terminado y todo había vuelto a empezar.

1 comentario:

Katy dijo...

De ilusiones también se vive. Vaya chasco. Un saludo y feliz finde. Relato real me gustó.