
Le decían la “vasito de agua, porque no se le niega a nadie”. Lo que ellos no sabían era que ella simplemente buscaba saciar su sed. Y podía verlos medios llenos o medios vacíos. Y tenía la capacidad de completarlos o de beberlos a fondo seco.
No buscaba otra cosa que calmar su necesidad de afecto y eso le costaba un apodo. Poco le importaba. Sabía que llegaría el momento en que se darían cuenta de que los verdaderos “vasitos de agua”, eran ellos.
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