miércoles, 19 de agosto de 2009

Esa amiga del alma...

-No tenés idea de lo que significa este laburo para mí.
-Vos no te preocupes. Pasame tu vitae y el plan de trabajo que se lo dejo al jefe sobre su escritorio.
-¿Te parece?
-Pero claro nena. Vos no te preocupes.
-¿No será mejor que me presente o que le pida una entrevista?
-No te lo aconsejo. Vive a mil. Mejor yo te doy una mano.
Al día siguiente, Andrea había llevado su carpeta de antecedentes y proyectos a la casa de su amiga. Sin dudas, que ella la pusiera en un lugar visible de la mesa del jefe parecía una buena idea.
Pasaron algunos días y no tuvo noticias. Llamó a su amiga:
-¿Y, sabés algo?
-Tenés que esperar Andre. Conseguir un laburo ahora no es fácil.
-Si pero la ansiedad me devora. Ni siquiera viste si tomó la carpeta...
-La verdad que no. Pero, calma todo llega.
Andrea estaba fascinada con la idea de trabajar en una revista de actualidad. No sólo le permitiría tener un sueldo, sino también insertarse en el medio.
Ya habían pasado más de dos semanas y no tenía noticias. Su amiga tampoco. Entonces, decidió relajarse y seguir con sus traducciones de inglés, que algo le aportaban.
Con los ojos rojos de tanto leer, decidió abrigarse y salir a dar un paseo. La lluvia comenzó a meterse entre sus ropas y la humedad a penetrarla. Buscó refugio. Sólo encontró el techito del puesto de diarios y revistas. Se sacudió un poco el pelo. Levantó la vista. Y ahí estaba. Su tan costoso proyecto. En primera plana. Con la sonrisa de su amiga del alma.

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