domingo, 17 de mayo de 2009

Aquellos niños sin rumbo

Día tras día veo cómo un joven acomoda autos en una cuadra cercana a la Casa de Gobierno. Busca el estacionamiento. Guía a los conductores y, a veces, hasta se gana unos pesos lavando uno que otro coche con el agua que saca de la casa de un vecino, en un tarro de pintura. Un par de cuadras más allá, varios limpian vidrios. Son muchos. Son hombres. Son adultos. Ya pasaron los veinte. Pero si espío en mi memoria hacia el pasado obtengo sus imágenes de niños.
Ellos son esos chicos que pasaron su infancia y su adolescencia haciendo monedas en las esquinas céntricas con secador y rejilla en mano. Esos que decían serían ayudados. Esos que fueron cuestionados, desatendidos y hasta insultados. Ellos son los que uno podía ver como niños sin rumbo.
Muchos dicen que hoy en día ganan bien. Puede ser cierto. Me han contado que son los que proveen de cambio a los comerciantes de la zona. Puede ser cierto. Pero al parecer, nunca fue totalmente cierto el plan de contenerlos en un sistema de trabajo legal, incluyéndolos en distintas empresas; o el de educación y perfeccionamiento. Sin dudas, algunos quedaron afuera. ¿Ellos eligieron un camino? O será que todos los ayudamos a hacerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

yo soy una de la que los mira mal cuando se me tiran arriba del auto, y es cierto, ahora ya no son niños son hombres y no podés decirles nada porque da miedo.

Anónimo dijo...

El plan se puso en marcha y muchos tienen puestos municipales, no sé que pasó con los que aún se ven en las esquinas.