sábado, 2 de mayo de 2009

No soy Freud ni Dostoievski

Una mujer entró al blog. Luego, me mandó un mensaje manifestando su decepción. Esperaba encontrar un espacio de reflexión. Me dijo que se diferenciaba de mí porque ella pensaba. Y que yo hacía quedar a las mujeres como huecas. Incluso habló de discriminación de género. Me sugirió comprar más libros y menos zapatos.
Pensé entonces cuántas veces decepcioné en mis 40 años y cuántas me decepcionaron. Me perdí en la cuenta. Tal vez porque no soy más que una mujer común, de barrio. No me interesa filosofar, ni formarme en las filas de la intelectualidad. No quiero hacer reflexionar a nadie. Eso tiene que hacerlo cada una, por sí misma, sin blog de por medio. Siempre hay un momento adecuado para ello.
Como también hay un momento adecuado para librarte del qué dirán; para tener una vida que te plazca; para sacarte el traje de todopoderosa y decir no puedo, no sé, necesito, no tengo ganas.
He pasado y sigo pasando por esas etapas. Por lo cual, lo que aparece en esta página es parte de eso. Es lo que hay. No soy Freud ni Dostoievski.

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