domingo, 17 de mayo de 2009

Mi mujer es buena cuando duerme

El consultorio pediátrico estaba tan lleno como un colectivo en hora pico. Una madre, acompañada de su esposo, una nena de tres años y un bebé de meses estaba perdiendo el control ante la actitud inquieta de la mayor y el llanto del menor. Mientras le decía a la secretaria: “No doy más. Hace varias noches que no duermo. Entre la teta, los mocos, los llantos, los remedios, los ronquidos...”. El humor de la mujer iba cambiando y la chica detrás del escritorio le aconsejaba relajarse. “Vos porque no tenés hijos. Ya vas a ver lo que te espera. Encima dormís dos horas y te tenés que levantar a las seis de la mañana para atenderlos a todos”. El marido, unos pasos detrás de ella no participaba de la charla. Pero con sus gestos decía mucho.
La secretaria, al verlo, le dijo, "bueno, pero tu mujer es buena”. El respondió: “Sí, las dos horas que duerme".

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