sábado, 5 de septiembre de 2009

Lobas con piel de cordero

Hablando con un hombre sobre una conocida, éste atinó a decir: "no es tan tonta como parece", y detrás de su comentario yo asentía, porque estaba convencida de que así era. Y pensaba, cuántas veces pasamos por bobas y en verdad es lo que menos nos interesa. E incluso utilizamos el recurso para obtener beneficios. ¡Maravilloso! ¡Lobas con piel de cordero!
Hice un recuento de situaciones vividas, tanto por mí como por mis amigas o conocidas. La satisfacción se me escapaba por la comisura del labio hasta transformarse en sonrisa.
Hoy, esas que parecen o parecían tontas, ocupan puestos importantes, crearon su mini empresa, criaron y crían hijos solas, viajan por el mundo, dominan distintos idiomas, consiguen rebajas, administran la economía del hogar, son el alma de una casa, esperan ver pasar el cadáver del enemigo por su puerta y cuando eso sucede creen en la justicia divina, más que en la liberación femenina.
Y si hurgo aún más en experiencias pasadas, las veo histéricas, embrocadas, llorando, siendo señaladas, apartadas, juzgadas, tratadas de brutas, recibiendo la cachetada virtual de un jefe diciéndoles: "no sabés, no pensés, no hablés, hacé esto o aquello".
Mujeres, algunas, de aspecto superfluo. Otras de apariencia aniñada. Incluso de andar torpe o con movimientos de gacela. Decenas que fueron tildadas de bobas y hoy andan por la vida demostrando que hay personajes que sientan bien. A veces logran ser descubiertas, entonces surge la frase "no es tan tonta como parece". Otras saborean sus conquistas, logros o ascensos como presas. Si piensan, seguro se cruzaron con alguna. Yo conozco a varias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Da nombres, porfi, porfi, me encantan esas mujeres! Nada más efervescente que estar cerca de ellas...