sábado, 25 de abril de 2009

Amor....hoy cocino yo

Yo no estuve presente, como muchos otros que se encargaron de repetir la historia. Pero sí doy fe de que sucedió y de que es algo que nos puede pasar. Al poco tiempo de haberse casado, la esposa decide preparar una comida especial. Elige pollo al horno. Todo iba bien, hasta que, según comentan, empezó a sentirse un olor particular. Fue cada vez más intenso. Y más. Algo sucedía con esa comida. Despedía un aroma que haría que los tórtolos no olvidaran su etapa mielera.
La mujer había sacado el pollo de su envoltorio y lo había metido al horno. Así, como viene. ¡Nunca se percató de que en su interior estaba la bolsa plástica con los menudos!

La historia sirvió para algo:
1- Para demostrar que el amor no entra por el estómago.
2- Para que otras sepan que el pollo suele traer bolsitas con sus vísceras en su interior.
3- Y para que muchos amigos cabrones del marido se mataran de risa...(bueno, algunas de nosotras también nos reímos, un poquito, debo admitirlo)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre, al menos lo intentó

Anónimo dijo...

jajajjaa, yo sé a quién le pasó esto y me acuerdo de cómo nos reíamos todas (por lo bajo, claro...)