- Cada vez que te agachas para alzar a tu hijo.
- Cada vez que metes y sacas ropa del lavarropas.
- Cada vez que vas al fondo de la alacena para sacar la cacerola que seguro está al final.
- Cada vez que ordenás el placard.
- Cada vez que levantás la ropa que quedó en el piso.
- Cada vez que levantás los juguetes que quedaron en el piso.
- Cada vez que sacás la basura.
- Cada vez que subis y bajás la escalera buscando lo que dejaste olvidado por hacer otra cosa.
- Cada vez que levantás los platos de la comida de tu mascota para alimentarla.
- Cada vez que tu hijo tira todos los almohadones al piso y los tenés que acomodar.
- Cada vez que tendés las camas.
- Cada vez, cada vez, cada vez deberíamos sentirnos más en forma en lugar de cansadas.
Hoy escuché una historia. De esas que nos pueden pasar a todas. Con las que nos podemos sentir identificadas o no. También tuve recuerdos y vivencias. Y, simplemente, decidí contártelas.
viernes, 24 de abril de 2009
¿Cuántas veces nos ejercitamos por día?
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