miércoles, 16 de diciembre de 2009

La decisión

Había caminado gran parte de la mañana en busca de una faja para usar después del parto. Le quedaba una hora para almorzar y luego tendría que hacerse una de sus últimas ecografías.
El calor se notaba en su rostro y en sus pies hinchados. Sólo quería salir del quiosco con el agua mineral fresca y sentarse en el banco de la peatonal a beberla.
Como estaba cerca de su trabajo, y ya hacía días que se había tomado la licencia por maternidad, tuvo ganas de llamar a una de sus compañeras más queridas. Pensó que sería una buena oportunidad para compartir el almuerzo con alguien.
-Hola amiga. Estoy muerta de calor a un par de cuadras. ¿Te querés venir y almorzamos juntas?
-Dame diez minutos y nos vemos en el barcito de siempre.
Cerró su celular. Estiró sus piernas. Miró hacia arriba tratando de encontrar al pájaro que píaba desde hacía rato. Revisó su billetera casi a escondidas, evitando la mirada de algún bravucón, para asegurarse de tener lo suficiente para pagar la comida.
Cuando terminó de cerrar la cartera, su amiga ya estaba dándole besos y abrazos.
Las mesas ubicadas en la vereda estaban ya ocupadas. Pero en verdad, les apetecía más una interna, cerca del aire acondicionado.
-Al fin un lugar fresco.
-Al fin. ¿Y vos cómo estás?
-¡Harta! ¡Esa es la verdad, estoy harta!
-Y bueno, falta poco. Tené paciencia, en pocos días cuando tengas al bebé en tus brazos, te deshinches y no te pese la panza, ni te vas a dar cuenta del calor.
-No estoy hablando del calor. Estoy hablando de Manuel. ¡Estoy harta de la vida que me da!
-Amiga, lamento decirte que vos aceptaste las reglas...
-Sí, pero ahora es distinto. ¡Estoy cansada de que él tenga su familia feliz. Su mujercita. Sus hijitos. Sus horarios. Sus mentiras y toda su vida de mierda! Pero se acabó. He tomado una decisión. De ahora en más, todo va a cambiar. Este bebé es mío. Mi vida es mía. A partir de ahora estoy sola.
-No lo tomes a mal, pero pensé que ya lo estabas.

1 comentario:

Katy dijo...

Hola Gabriela, historias reales como la vida misma, y más el mundo del espectáculo. Lo malo es si hay dinero. Pero si el padre tiene dinero tarde o temprano se le pasará factura en el momento oportuno. No dudo que haya mujeres valientes y que tiren solas, pero son las menos.
Aprovecho para desearte unas felices fiestas
Un abrazo