lunes, 23 de noviembre de 2009

"Me voy a separar"

Hacía el anuncio en la cola del supermercado, mientras hablaba con una amiga por su teléfono celular: “Me voy a separar”. Quizás todos los que estaban allí recibían la noticia antes que su esposo. Escuchaban los detalles y planes de la rubia bronceada, que se mostraba decidida.
“Voy a pensar en mí. No lo he hecho hasta ahora por lo chicos. Porque me parece que todos los hijos de padres separados están descontrolados. Pero ya dije basta. Además, yo seré una madre contenedora. Prefiero eso a que el día de mañana me facturen que fui una infeliz”, decía.
No había forma de que el resto de los clientes del súper no escucharan la conversación. Cual locutora de un programa de radio, verborrágica y entusiasmada continuaba su charla. Y mientras acomodaba sus víveres en la cinta de la caja agregaba: “Ah no te conté, la semana pasada nos fuimos a Centroamérica, me prendí con él en un viaje de laburo. Claro con mi marido. La verdad que el lugar era divino. Paradisíaco”. Ya no parecía la que segundos antes comentaba lo mal que iba su matrimonio. Derecho al derrumbe.
“Ah pero la pasé muy mal –continuó, cambiando su tono de voz de efusivo a acongojado- no pude salir de la habitación del hotel. Me la pasé llorando, porque ahí me di cuenta que tenía que divorciarme”, y aunque sus dichos no coincidían con su bronceado caribeño parecía convencida.
“Mirá, me di cuenta que no puedo seguir con alguien que no me presta atención. No me acompaña. No me escucha. No me invita a ningún lado. Es hora de decir basta”.
Pagó su compra y salió con su carrito lleno, con el recuerdo de un último viaje y el relato de un divorcio anunciado en público, pero no en privado.

2 comentarios:

Katy dijo...

Hola Gabriela, historias de cada dia se podría titular también. Nos divorciamos como si de cabiar de ropa setratara. Muy bien ilustrado
Un abrazo

fher dijo...

Jajajaja... apuesto lo que sea a que esta historia es 100% real. Es más me animaría a arriesgar que la escuchaste en el Jumbo o en Carrefour de Belgrano y Las Heras.
Y es que las colas del super dan para escuchar cosas deliciosas.

Besos