
Emma, una mujer excesivamente entusiasta, había logrado conmocionar su casa ante la llegada de su primo. Sabiendo que sólo tendría algunas horas para verlo, presentarle a sus hijos y ponerse al día con las historias familiares, se levantó temprano, entró a la cocina como un relámpago, dejando atrás el golpeteo de la puerta de vaivén, al grito de: “Cloide, Cloide, rápido. No hay demasiado tiempo”.
Cloide hubiera preferido recorrer
En la cocina la esperaban la carne de cerdo, las papas y su patrona, que antes de enviarla al mercado le había repetido un centenar de veces que no olvidara el ramito de quirquiña fresca, el locoto y el tomate para preparar la llahua. El primo Elger no podía irse sin probarla.
Antes de las doce la mesa estaba vestida. Los niños, husmeando por la ventana. Y Emma recibía a su invitado como si se tratase de alguien perteneciente a la realeza.
Cuando Cloide entró al comedor, para servir la comida, tenía puesto un uniforme azul oscuro con vistas blancas y había trenzado su pelo negro con una prolijidad meticulosa...
En ese momento, el rostro alemán de Elger parecía enrojecerse por el efecto de la salsa picante. Pero aún no la había probado. Emma buscó su mirada sin lograrlo; volteó tratando de encontrar la de su criada y al verla recordó las veces que le había dicho: “Algún día llegará tu caballero. Ni te preocupes por esperarlo. Sólo abrirás los ojos y allí estará”.
Elger trató de disimular su agitación mientras Cloide se escabullía por la puerta que parecía no parar de ir y venir. Ya en la cocina, se restregó las manos en el delantal; sintió que su sangre hervía tanto como el aceite donde había cocinado los plátanos y que la recorría ardiendo tal como solía hacerlo la llahua al atravesar su garganta. Nerviosa agarró la fuente que la llevaría nuevamente hacia su destino, pero en un segundo Emma se la arrancó de las manos. Cloide, se quejó…
-Deje patroncita yo la llevo.
-Ya no es necesario Cloide. Ya has abierto tus ojos… y allí está.
(Cloide dejó su Santa Cruz de la Sierra natal para mudarse a Hamburgo con Elger en 1984. Emma le sigue enviando los ingredientes para la Llahua)
14 comentarios:
Me ha encantado como siempre tu relato Gabriel, no se sie s ficticio pero parae real. Me has traido el recuerdo de los plátanos más y el olor que sueltan al echarlos en el aceite hirviendo. Hace tanto tiempo que parece que fue ahora.
Besos
Es una historia de amor preciosa. Quién se lo iba a decir a la muchacha, que su galán sería un invitado alemán de su señora.
Buena historia y bien escrita.
Un abrazo.
Hermosa historia!!! Me trajiste a la memoria los relatos de Ángeles Mastretta (seguro la conocés).
Y además me hiciste recordar un pequeño diálogo de un relato de Ismael Serrano llamado "La dulce Carola" (relato en el que se basó la peli "El hombre que corría tras el viento"):
El dice: -¿Crees en los amores a primera vista?
Ella responde: -¿Acaso existen otros?
Besos
Katy, yo siempre tengo el recuerdo de los plátanos y su olor. Hay cosas que una nunca olvida.
Un saludo grande y feliz finde.
GM
Mercedes: una vez más gracias por pasar y me alegra que te guste la historia. Seguro le ha traido muchos recuerdos a mucha gente.
Saludos
GM
Fher: la verdad es que de Serrano no conozco mucho, a pesar de que una amiga insistía con hacerme fanática de él. Pero sí he leído a Mastretta. Ahora no sé qué pensar, porque si te los estoy recordando puedo estar perdiendo mi originalidad :)
Saludos y te sigo en la liturgia.
GM
Hola Gabriela!! Me encartó. Me recordó "Como agua para chocolate".
Es un relato con ternura, sabores, aromas, me gustó mucho.
Feliz fin de semana!!
Besosssssss
Gabriela, gracias. Me alegro que te guste. Son recuerdos de tiempos lejanos.
Feliz finde para vos tambièn!
GM
Gabriela hoy nos has dejado una historia maravillosa. Has logrado llevarme a un espacio lleno de vida.
Gra.
Realmente hermoso!!!
Calma el alma con regocijo.
Cariños
Sin duda incurable romántico, me gustan las historias con Happy End ….
Un abrazo
Amadeus: muchas gracias por pasar y por tu comentario.
GM
Preciosa historia, llena de aromas y de ternura. Me ha gustado mucho, mucho.
Un beso Gabriela.
Walden muchas gracias. Me encanta que te haya gustado mucho, mucho.
Gabriela.
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